Me convertí en un ser extremadamente egoísta, de esos de toma pan y moja y no dejar pan al que llega detrás. Calculador. Extremo. Milimétrico. Dueño del segundero de mi vida y esclavo del reloj de mis verdades. Sin ataduras ni códigos morales que avistar en 5 kilómetros a la redonda. Fui vida sin muerte. Guerra sin paz. Fui todo y perdí todo.
Ahora rumio mis palabras salando mis heridas y maldigo las verdades, el tiempo y la discordia.
Ahora estudio mis antojos y ahogo fantasías.
Ahora soy muerte sin vida.
Paz sin guerra.
Nada.
Creo que no se trata de controlar si debemos o podemos sentirnos de una forma u otra, o si es excesivo o no... Calcular cada segundo de nuestra vida, sin dejarnos llevar por las emociones, por las circunstancias, por lo que hemos dicho, por lo que hemos callado, por lo que pensamos, por lo que dejamos de pensar... Creo que eso te acaba convirtiendo en una persona muy desgraciada, como dices, en la nada, ahogando fantasías, estando muerto en vida.
ResponderEliminarUn poco de control no está mal, no digo que no, en ello encontramos la seguridad, las rutinas nos salvan cuando todo está patas arriba, pero... no hay que obsesionarse. Te acaba destruyendo a ti y a quienes tienes a tu alrededor. Es lo que pienso...
Un besote :)
Y no sé si era lo que querías plasmar, pero es lo que me ha transmitido ^^
ResponderEliminarCon transmitir ya es suficiente Elendilae. Un placer conseguir siempre unas líneas tuyas ;)
EliminarUn abrazo ^^
Porque ni antes era todo tan maravilloso, ni hora es el momento de tocar retirada; la vida y sus emociones tienen la mala costumbre de llevar un ritmo diferente al que nosotros queremos imponer y eso, vecina querida, no es ni bueno ni malo. Sencillamente es así, y probablemente, la existencia sería muy aburrida si no fuera de esa manera.
ResponderEliminarUn besillo, guapa!!!
"la existencia sería mucho más aburrida si no fuera de esa manera".... me encanta! odio el aburrimiento vecino, y cuando llevas la razón hay que dártela ;)
EliminarUn abrazo^^