-¿Qué se bebe? - preguntó en la barra.
-Lo que quieras.
- ¿Una cerveza?
- No tonta, pídete un cacharro.
- Puf... Probemos con un whisky...
"Me emborracho con whiski barato
a ver si me escuece el corazón"
A la mañana siguiente recordó que si, que era whisky lo que bebía cuando salía. Lo recordó porque le resultaba familiar el run run que se escondía en su cabeza buscando un lugar para acomodarse. Bueno, también tenía la lengua como un cenicero oxidado, el frio metido en los huesos y sed para atracar la fuente más cercana.
- Puf...en estos momentos me pregunto ¿por qué no me quedé en casa?
Y para encontrar respuesta, tuvo que hacer inventario de la noche pasada, desde la cena servida en papel, que invitaba a mancahrse por todas partes mientras te relamias de pies a cabaza; hasta la llegada a la cama, donde cristina se obsesionaba con las fotos e Irene y ella programaban el despertador al compás de "Nosotros volaremos alto como el viento, entre la inmensidad de un nuevo firmamento... ¡Diles!, que nuestro amor es grande como universo, que en este corazón me sobran sentimientos, entre huracanes de pasión sin límites..." Y tras unas risas cayeron rendidas, casi sin dase cuenta, por el cansancio de la noche.
Ahora supo por qué no se quedó en casa
Siempre hay un motivo por el que salir.... Siempre... No puedes dejar que las paredes de tu casa se derrumben contigo adentro. Un abrazo.
ResponderEliminarMentirijillas desde mi reino;)
tres whiskis... y no olvide el red bul!!!
ResponderEliminar