Mi ex-cama

El estrépito suena a lo lejos, aún antes de cruzar la puerta, escucho los rugidos del colchón, feroces alaridos que no son más que quejas de una soledad alimentada por mi culpa. Traspaso el umbral, y comienzo retirar peluches a los que debo tenerles cariño, pero no logro saber el porque.

Me adentro en sus sábanas, y aunque esas misma mañana fui modista de la temporada "verano", las telarañas consiguen hacer que me sienta repugnate entre recuerdos y sueños por cumplir.

Cambio de lado, de posición, sigo revolcándome intentado pasar el calor y coger el sueño, pero no lo consigo, pues cada perspectiva no son más que charlas con mi ex-cama. Me reprocha la almohada, me regañan los cojines, se me encelan las estrellas y me grita el jergón, pero esas conversaciones las sacaré a la luz otro día, hoy solo quiero descansar...

Y tras batallar, y cuando estoy a punto de rendirme, noto el tacto de las sábanas entre mis pies, y compruebo que ellas no han cambiado, que me han seguido esperando, que sus perros me siguen sonriendo y que el globo rojo no se ha desinchado aún. Cierro los ojos, y como si fuesen capaces de arroparme me susurran al oído: "duerme, niña, que ya has sufrido bastante por hoy"



(Mi ex-cama también necesitaba que le prestasen un poco de atención, gracias Aire, porque le he brindado el tiempo que necesitaba ^^)