Tengo calor

Otra vez vuelve a recorrer mi cabeza...ese horrible sueño...

Miro el reloj, con los párpados aún cosidos, y no son más que las 3:45 am. y, antes de intentar volver a quedarme dormida, procuro acordarme de ese sueño tan importante que me persigue noche tras noche, pero he vuelto a ponerle tantas ganas que volví a olvidarlo.

Mi ventana no da a la calle y mis paredes no huelen el Sol por las mañanas, y aún asi, mi cuarto se ha convertido en un horno eterno. No sabes lo cruel que puede llega a ser, abrir las ventanas esperando a que la luna se cuele por ellas y sentir cómo se aleja a cada segundo. Sólo quería mantener una fría conversación con una vieja amiga mientras vuelvo a agarrar el sueño. Temeraria, sin preocuparme cuanta sangre me puedan chupar esos insaciables bichitos de zumbido nocturno, opto por dejar las ventas abiertas antes morir asfixiada por el propio calor que desprende mi habitación, o mi cuerpo, ya no soy capaz de distinguirlo.

El calor sigue siendo insoportable, pero tengo que esperar a que sean las 8 am, porque sino mañana tendré al vecino de abajo rogándome que me duche a una hora razonable.

Ya son las 5 am., y no se si es el propio bochorno o el miedo a mis sueños, lo que me impiden dar aunque sea una cabezada más antes de que suene el despertador.

Quedarse pegado en las sábanas cambió de significado por completo.

Curioso que cuando soñaba contigo no tardaba en quedarme dormida entre tus brazos, paradógico que el calor no me importara cuando eras tú el que me prendía.