miércoles, 23 de junio de 2010

San Juan

Su silueta de pequeña se perdía entre la oscuridad de la noche y la muchedumbre que aquel día pisaba la arena.

"Mira esos borrachos bañándose, ¡y no tienen frío!, exclamaba su padre mientras ello lo miraba asombrada, puesto que la palabra de su padre iba a misa. Lo que no sabía es que a los 20 él era el primero que se tiraba al agua, y que dentro de 10 años excasos, sería ella la regara su belleza a partir de las doce.

Seguía parada, atenta al dulce oleaje que aquella noche le regalaba el mar. Cerró los ojos, y lanzó con toda su fuerza una moneda, una fruta madura, y un pétalo de flor. Observó cómo se perdían entre el mar, y cuando su mirada no alcanzaba a verlos...Respiró profundamente y gritó:

- ¡Una barbie champú-magic!

Mientras los adultos se reian de ella y la madre le decía que volvían a casa, ella se quedó mirando al mar, pues creía que las olas le traerían la barbie envuelta entre espuma y algunas algas, pero no apareció. Entre lágrimas y al ritmo de "quiero mi barbie" la madre la llevó hasta su casa.

A la mañana siguiente se despertó, y tenía una "barbie champú-magic" al lado de su cama, la rosa para aquellos que también queríais una.

A la mañana siguiente me enfadé con mi madre porque me dijo que no se podían pedir cosas materiales, que los deseos sólo aceptaban cosas como la salud y la felicidad y todas esas cosas tan bonitas, que con 9 años no entiendes, tú sólo quieres ¡tu barbie!

dato curioso: la barbie la guardaba mi tía para mi cumpleños, y gracias al deseo de mi prima nos tiramos todo el verano jugando con ellas: ella con la rosa y yo con la azul.

Moraleja personal: ¡me libre de tener la rosa! y mi deseo de felicidad, gracias al suyo, también se cumplió.

Moraleja: los deseos se cumplen, así que no olvides en creer en ellos.


Me encanta recordar esta anécdota en estas fechas...

1 comentario:

Gracias por pasarte por el bosque mágico, vuelve cuando quieras ;)