jueves, 3 de septiembre de 2009

Derrota

Hace poco tiempo, me dedicaba a regalar sonrisas por el simple hecho de apetecerme, sin esperar nada a cambio, porque tenia las ideas fijas y pensaba que no existia mayor paraiso que un lugar donde las sonrisas fuesen gratis. A día de hoy, como mucho, puedo obsequiarte con un suspiro que esconde un cúmulo de "sin sentidos", de esos que me acorralan cuando me cogen y no tengo otra escapatoria que lamentarme por ello, pues sus torturas son aún peor.

Siempre pensé que huir es de cobardes, pero hace tiempo que soy yo la que se encuentra corriendo sin dejar que sus piernas cesen un sólo instante, soy yo la que sigue corriendo con miedo a mirar atras pero volviendo la cabeza a cada segundo para comprobar que las pesadillas no le siguen...

Y es que mientras más me decido a plantarle cara a todo esto que consigue aplastarme, más veces alzo bandera blanca, ondeante entre mis dedos asustados.

No puedo competir con tante gente.

Si, se que suena derrotista, pero ya gasté mis fuerzas...

2 comentarios:

  1. ¿Y por qué no huyes hacia delante? Ni echarte atrás ni avanzar con firmeza; esos extremos sólo aparecen con claridad en las películas y novelas. En la realidad, los suspiros no sólo son la aceptación de una derrota sino también la humana flaqueza de quien, cansada, duda de qué hacer y de si puede hacerlo. Pero es sólo eso, incertidumbre. Nada más.

    ResponderEliminar
  2. Correr sin cesar puede ser también el principio de una futura victoria, sólo hace falta que encuentres un destino hacia donde encaminar tus pasos. Ya vendrán las sonrisas matando a esos suspiros, todo tiene su lugar pero a la vez todo pasa.
    Un beso!

    ResponderEliminar

Gracias por pasarte por el bosque mágico, vuelve cuando quieras ;)