yo pierdo

Me ha parecido ver tu silueta en la penumbra del pasillo, me he dirigido hacia ella, pero ha empezado a correr y yo a perseguirla. Ella saltaba las escaleras de cuatro en cuatro, yo, de tres en tres. Parecía que tuviese prisa, ni si quiera se daba cuenta que la perseguía, era como si ella también siguiese a alguien.

Mientras más corría tu sombra más aceleraba yo el paso tras ella. Salté tejados, atravesé mares, recorrí montañas y escapé de vayas de uso privado.

Por fin frenó, como en seco, de pronto paró en una plaza que aun no recuerdo en que lugar se hallaba, y se puso a observarla... a ella.

Muchacha morena, delgada y de altura media. De esas que salen a la calle siempre arregladas, de esas que poseen mucho más gusto que yo a la hora de vestir. De las que pueden pasarse una tarde frente al televisor viendo la pasarela de Cibeles porque disfrutan pensando que modelito será el siguiente en comprarse. De esas diferentes a mí.

Muchacha observada por los ojos de tu sombra, sombra que tengo metida entre ceja y ceja desde que salí de casa y hasta que conseguí dos rajas en los vaqueros y rasguños por los brazos.

Giro la cabeza y miro hacia atrás.
A mi no me mira nadie,
no me ha perseguido nadie durante horas...

gana ella.