viernes

Viernes, parece ser que volvían a saciarte las ganas de verme y fue el

Sábado cuando me atreví a decirte que no quería saber nada más de tí. Pero el

Domingo, en unos minutos, lograste convercerme de que yo también necesitaba verte.

Lunes, y aún tenias la necesidad de mis ojos. El

Martes conseguiste que te reservara el viernes con antelación y el

Miércoles prometías un pack de cena + locura como postre. Fue el

Jueves cuando yo pensaba que fijarías hora y lugar exacto.

Una semana más tarde, el Viernes esperado,no tengo noticias de tí.

Inocente de mí vuelvo a pelearme con mi armario porque nose que ponerme, y a eso de las 9 estoy preparada para esa noche absurda pues, basándome en tus manias, tengo indicios de que quizás me llames y me digas que nos encontramos en dos minutos, aproximadamente.

El problema es que he vuelto a crear un príncipe ficticio,

y lo que para tí es locura, no se asemeja absolutamente

en nada, a lo que mi mente cree ausente de cordura.

A eso de las 22:17 comienzo a desmaquillarme y frente al espejo me doy cuenta que un dia más me quedo sin esa noche absurda que sólo consigo imaginar, y que como cenicienta ingenua espero econtrar a aquel que coincida conmigo.

A las 23:20 sigo haciendo zaping porque no encuentro nada que me agrade, así que apago el televisor y me evado en la vida de Alice Gould, buscando el auténtico significado de locura.

Son las 00:03

y con tres episodios finalizo más de tres años de Aurora morfinómana.

Algún día...pero no será hoy, ni serás tú.