No voy a negártelo, no voy a negar que me encantaba cuando tu mirada repasaba una a una cada costura de mi camiseta, pudiendo desabrochar el sujetador de un sólo vistazo. No voy a esconder la verdad y decir que odiaba la manera en la que me arrancabas la falda de una simple mordida de labios, porque no es cierto. Tampoco voy a oponerme a la manera en la que, de un sólo suspiro, hacías que saltaran chispas entres los dos y el resto nos envidiara por hacer el amor a distancia, sin la necesidad de rozarnos.
No pienso refutar nada, porque no podemos rechazar el deseo.
Sólo voy a ocultarlo, que te quiero,
sólo hasta el día que me lo digas, que me quieres.
Los deseos (también los más ocultos) acaban por salir a la superfície. Cómo más deseamos, más tentación. Y la mejor manera de librarse de una tentación es caer en ella!
ResponderEliminarSolamente vas a mantenerlo guardado hasta que el otro dé el primer paso. =) ¿quién no necesita sentirse seguro para actuar?
ResponderEliminarP.d: eva se perdió en la búsqueda del paraíso, y vuelve iniciando u blog para lamerse las heridas.
Te agrego cómo siempre a mis enlaces. Siento la desaparición.