Sería tan fácil guardar cada recuerdo en un tubo de ensayo y almacenarlos en una cajita de crital...
Sería tan sencillo darte un paseo por tus pensamientos cada vez que las ganas te arrebatasen el timón...
Y es que, por mucho que lo neguemos, tenemos la cabeza saturada por historias absurdas y aventuras que creemos, son fascinantes. Por suerte o por desgracia, nos solemos encerar en los malos recuerdos olvidándonos completamente del presente que, en tan sólo cuestión de segundos, se convierte en futuro del tiempo y pasado de nuestros días.
Sería tan asequible ordenar nuestros momentos en cajoncitos y evocarlos de tarde en tarde...
Sería todo tan simple, que no seríamos notros mismos...
Puesto que si es cierto que nos encontramos en un devenir constante, lo único que conforma nuestra personalidad y nos hace realmente únicos, son nuestros recuerdos.
¿De verdad quieres ser una cajita de cristal?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrefiero almacenar los recuerdos en el único sitio donde no se perderán. Porque las cajitas de cristal son frágiles, y al final quién sabe qué puede ocurrir con ellas.
ResponderEliminarevocar recuerdos es mirar atrás; así es como podrás tropezar... con lo que fue o con lo que será.
ResponderEliminarNo caigas