sucia ataraxia

Enciendo un cigarro, llamarlo pitillo seria burlarme de él.

Me siento en el suelo del baño, me encanta esconderme entre la cálida penumbra.

Una calada de no más de 3 segundos, y un espirar me acompaña seguido de un débil fantasma que se me escapa de entre los labios...Me quedo atónita observándolo quieto enlazado con mis dedos, miro su frágil suspiro escabulliéndose de manera rectilínea, y me rio de él al moverlo y romper su estúpida rutina que por momentos tanto me fascina...

Contemplo la punta, esa rojiza y deforme por unos instantes, por otros, bastante armoniosa. Las malas lenguas dicen que se encuentra a la temperatura de la lava, pienso que sólo está a la altura de una cerilla, pero nunca he tenido el magma tan cerca como para verme capaz de refutar leyendas urbanas.

Tras varias chupadas me incorporo, solo un poco, y con un brusco golpecito me desprendo de parte de su ser dejandolo caer sobre el retrete más cercano, y esperando a escuchar ese ruido que tanto me complace...la consumición en menos de un segundo, la chamusquina mojada, una pequeña despedida...

Sigo esta gran aventura de no mas de 5 minutos...sigo viendo como sale humo de mi boca como si fuese una estúpida chimenea sin la obligación de calentar a nadie, pero sigo, y recuerdo charlas de instituto donde en falsas promesas jurabamos no probar nunca la nicotina por miedo a destrozar nuestros pulmones como aquellos de la imagen...negros...tupidos...Recuerdo la inocencia que tenia de niña, y me envidio, y me doy asco por cumplir las promesas que le hago a todo el mundo, y por el mero hecho de aquellas satisfacciones me olvido de cumplir aquellas que me hago a mi misma...

Cuatro minutos mas tarde, impregnada por la sucia ataraxia, con la que tantas veces he hecho comparación, me desago de sus restos y suspiro...

...y sigo suspirando...