No quiero mirarte, pero me miras. Dejarse llevar ya no es tan fácil. Dejarse vivir es complicado. Cuando duele. Cuando dueles. Cuando no cargas tu mochila y tu único acompañante es tu pasaporte.
No puedo mirarte, pero te miro. Sentimos en nuestra frente cual será la próxima vez, ésa en la que nuestros pies sean los que manden y nosotros, meros espectadores, dejaremos que Ellos hagan su trabajo.
Buscamos excusas para rozarnos, y nos convertimos en
paganos de la noche entre el gentio, las luces y el alborozo de un día
festivo. Buscamos motivos para que no termine el día. Buscamos que no se acabe.
Me aprietas la mano con fuerza para que pierda el miedo. Pero no estás. Esta noche no estabas. Y aún ausente me repetías una y otra vez "confía en mí".
Me gusta, suena a canción, pero encuentro algo triste en este texto.
ResponderEliminarPorque no es un texto muy alegre, pero si me alegra que te guste ;)
EliminarCuando duele es duro mirar y no mirar, y te debates entre el silencio y las ganas de gritar...
ResponderEliminarCreo que la clave está en el tiempo... aunque a veces pase lento y agónico, al final nos acaba dando las respuestas que necesitamos...
Un besito
Elendilae, llevas toda la razón, el tiempo es la clave... gracias por tus consejos, siempre me ayudan ^^
EliminarSe puede estar sin estar físicamente, y no estar estando. Mientras se pueda volver a estar, es como no haberse ido nunca del todo.
ResponderEliminaratlantis2050.blogspot.com
¿Y volver a estar si nunca se estuvo? Eso ya es más complicado...
EliminarMiedos, perdidas, caricias, miradas, dolor... amor, pasión, desenfreno. Realidad vs ficción. me en-can-ta
ResponderEliminarY a mi me encantaría si hubiese más realidad que ficción ^^
Eliminarsi no fue, es porque no era
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