Huye, rehúye...
Se esconde...
Y así llevo todo el día, intentando explicarme porque el mar silba cada vez que voy a visitarlo. Me observa de lejos, me revuelve. Me grita el mar pidiéndome que me marche sin dar explicaciones.
Y es que huye, rehúye...
Disimula cuando me ve aparecer y se avergüenza cuando le digo que "no respeta señales ni fronteras". Y, aunque afirme lo contrario, se sonroja al bañar mis pies en su orilla.
"Campa a sus anchas, entra donde quiere", libre para romper malecones sin importarle su legado sigue dándome la espalda cuando lo miro desafiante.
Porque seré mosquita muerta, pero no me ahogue en tus aguas.
martes, 20 de diciembre de 2011
Poner puertas al mar
Me huye, se esconde...
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Si, pero que grande es el cabrón :))))
ResponderEliminarBesazos con sabor a mar
Ahora sé por que me puse como seguidora.
ResponderEliminarSigue escribiendo así. Suerte.