Nose dive

Porque esta noche me he sentido más Bradshaw que nunca, he descubierto que salir de noche para ella era un trabajo más que una diversión. Si no iba de caza, no tenia nada que contar a sus lectores. Yo por ejemplo, he salido hoy y ya tengo material para rato... sólo falta que me den una columna en cualquier periódico de New York.

Y es que solo me apetecía llegar, enfundarme en mi bata y poner en los cascos a Medelia mientras reconozco, entre dientes, que los griegos tienen razón. Porque soy egoista señorito Opoulos, y mucho. Tanto, que a veces pienso que acabará por matarme, y mucho antes que cualquiero otro de mis vicios asquerosos.

Los achaques típicos de la edad me persiguen... me duele la espalda, prefiero mi bata a los tirantes, soy egoista y lo reconozco, estoy más cascarrabias que antes y, lo más importante de todo, comienza a fallarme el ojo que tenía para cazar a personas interesantes. Y esta última dolencia me ha hecho sentir más longeva que todo lo más.

¿Positivo? La parte buena es que tengo la capacidad de ser feliz ante todo y eso, por lo pronto va a durar muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo.

¡Y si! ¡Me gusta saltar al compás de la música mientras grito que El Gato López es un GATO OBRERO!