sábado, 15 de octubre de 2011

Bajo corriendo las escaleras gigantes, esas con lucecitas azules, intentando agarrar con fuerza el vestido para no partirme los dientes. Solo hay un espejo en escena, y me pongo a hablar como loca de naranjas y John Lennon. Cuando se me acaba el discurso improvisado, me arranco con uñas negras el vestido de novia. Así, sin más.

Se que Evaristo esconde una lágrima, y yo le devuelvo la sonrisa. Hoy no toca juzgar a nadie.

4 comentarios:

  1. Buah!! realmente ees una locura! ja ja ja. Me he quedado sin aliento leyendo el primer párrafo :))

    Besazos guapa ;)

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  2. Pues me ha gustado mucho, ¿eh?
    Y mira que es corto e irracional... ¡pero me ha gustado mucho!

    :)

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  3. Todavía no sé que decirte xD Lo he leído muchas veces y como dice Davidopoulos es totalmente irracional, jajaja, pero sé que me gusta ^^

    Un besito

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  4. ¿El Rey de la Baraja? Lo siento, es mal chiste, pero no pude evitarlo... :P

    Me gustó el texto.

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Gracias por pasarte por el bosque mágico, vuelve cuando quieras ;)