Tenía el pelo rizado, corto y muy muy rizado. Si hay algo que le gustaba, era abordar barcos venicos en busca de nuevos tesoros. Adoraba la velocidad y las joyas preciosas, no había hora que no se saltara alguna norma o luchase contra algún espíritu que quisiese perturbar los días en alta mar.
No tenía miedo y le brillaban los ojos cada vez que se le ocurría una nueva táctica para gobernar el mundo. Solo o rodeado de gente, cualquier situación era buena siempre y cuando se le ocurriese a él. Sus pensamientos lo hechizaban, de tal manera, que ni siquiera escuchaba a su capitana.
¿Un secreto? La única forma de que obedeciese era acompañar las órdenes de un: "¡Rápido marinero!"
Pero su seño no conocía los secretos de este intrépido marinero. Ni si quiera sabía que a sus tres años de edad, conocía más tipos de dinosaurios que el más prestigiado paleontólogo. Lo único que intuyó es que era muy inquieto, principio de hiperactividad que decía su madre.
Siempre estaba de pie, o saltando por las paredes de manera asombrosa, distrayendo a sus compañeros, débiles corderitos, domados por editoriales con gran poder económico y adquisitivo.
¿Debemos regañarle por no querer sentarse a colorear fichas que ni siquera son adecuadas para su nivel madurativo? ¿Él es el raro porque brinca cuando sus compañeros colorean y grita porque no le gusta el silencio? ¿O los raros son el resto por permanecer sentados con solo tres años?
No hay duda, es un gran pirata.
Oye, visto así yo también quiero ser pirata ^^
ResponderEliminarPero las preguntas finales... mmm... como espíritu aventurero y poético, diría que debería ser indomable, que debería dejar volar su imaginación, que debería vivir su infancia ahora que puede, y no permanecer sentado...
Como maestra de infantil, preferiría que estuviese sentadito con los demás, porque basta un alborotador para que el resto se contagie... (lo sé por experiencia :P).
Pero debo admitir que sí, que es y será un gran pirata ^^
Un besito
Otro más de los nuestros, querida...
ResponderEliminarNosotros lo que hacíamos era combinar actividades en las que brincasen y se cansasen tipo... volteretas sobre una colchoneta o caminar al ritmo de un tambor o pandero, más rápido o mas lento, dando vueltas por la clase. Y después de que hubiesen descargado casi todas sus energías, ponerles una actividad más tranquila, como hacer fichas o escuchar un cuento... ;)
ResponderEliminarBueno que te digo todo esto, porque supongo que estarás trabajando en alguna guardería o colegio, jaja ^^ (o igual es mucho suponer? :P)
Pues yo tengo una "Corsaria" que le haría buena compañia ja ja ja
ResponderEliminarBesazos enoems
En realidad, aprenderían el concepto de lento - rápido, fuerte - débil, y así, pero vaya, matas dos pájaros de un tiro ;)
ResponderEliminarYo hice un grado sup. de educación infantil, y también tuve que hacer prácticas en una guardería. También tenía a unos cuantos piratillas que no paraban quietos, y una forma de calmarlos, aunque no siempre funcionaba, era esa, jaja! ^^
Espero que te vayan muy bien :) Se aprende mucho, y sobretodo de ellos, te sorprenderán ;)
Me encanta cuándo nos (me) cuentas tu(s) secretos...
ResponderEliminarMe gusta el cristal de fantasía con el que tantas veces miras la realidad... Un abrazo!
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