Vuelvo a mirar el reloj y solo han pasado dos minutos.
Rodeamos una mesa que nació para sostener cubatas, coca-colas y alguna que otra cerveza olvidada. Nadie habla y no hay silencio, pues el tun-tun-pa ton-ton-pa (que en alguna ocasión nos deleita con una voz sobrehumana que practica un inglés falso) se encarga solito de llenar el ambiente. Aún asi, la encantadora reunión se hace pesada y encuentro diversión en leer la etiqueta de mi botella y, como si de un libro se tratase, busco un misterioso final entre las coca-colas y los nesteas vecinos.
Alguien se atreve a romper el hielo, y un tal Oliver se hace protagonista en la mesa. Alaban a una morena y critican a una rubia de bote a la que comparan con una tal Patricia, que habla con un olivo, o algo así. Después de 10 minutos de intensa conversación, de la cual me he privado porque intentaba ponerle cara a algún Oliver o alguna Patricia, descubro que si no eres una fiel espectadora a telecinco, no tienes nada que hacer en esa mesa...
Sigo buscando desenlace en las botellas y...nada.
La mesa de al lado sigue chillando. Todas llevan flequillo rubio hacia la izquierda, chaleco de punto y un bolso que no podría comprar ni con mi sueldo de tres meses. La bebida está sufragada por "papá" que pagaría lo que fuese ppara que su "niña" no se resfrie haciendo botellon en la calle, "eso es primitivo". De repente, como castigo del cielo suena pop comercial, y lo celebran gritando porque es "¡nuestra canción!". Estoy apunto de decirle al camarero que debería cobrar a los grupos que sobrepasasen un límite de decibelios prefijados, pero me quedo sentada esperando salir de aquella pesadilla.
Tras media hora de silencio, interrumpido por algún comentario relacionado con "casa Basile", alguién se atreve a decir "vamonos ya".
Siempre recordaré con cariño esas palabras..."vamonos ya".
y si salir fuese a contar todas esas estrellas... reflejadas en los ojos más bonitos del mundo?
ResponderEliminarsalir, entrar... ser, estar... no hay mucho que los diferencie, y ambos tenemos que hacerlos lo mejor que sabemos/podemos
identificada hasta la médula!! odio salir en ese plan! lo odio, lo odio, lo odio!!
ResponderEliminarJa ja ja pues eso empeora con la edad y tu aún eres un yogurin ja ja ja
ResponderEliminarMe he descojonado con eso de "es nuestra canción" veo que las cosas no han cambiado nada ;))
Besos descojonados
es que yo así lo creo. las reuniones se hacen en ambientes bastante diversos, pero lo que tienen en común es que a todos lo único que nos interesa en algún momento, es la forma de escapar.
ResponderEliminarSiempre recordaré con cariño esas palabras... o las olvidaré al alguna perdida noche frustrada. ¡Bah, al demonio!
ResponderEliminarPues mujer! que lugares se supone que frecuentas?! hay de antros a bares a buenos lugares (;
ResponderEliminarTal vez esa compañia tuya le falta acertividad, indaga en tus pasos y encontrarás las respuestas.
Saludos lejanos.
H.
Qué alivio, hija! Cuánta superficialidad!
ResponderEliminarPrometo que escribí antes mi entrada, antes de leer la tuya, digo, jejeje. Un beso!
ResponderEliminarLa gracia de salir al mundo no está en dónde vayas, sino con quién vayas. Y también cómo vayas tú.
ResponderEliminarYo he pasado noches que he acabado pidiéndole el móvil a alguien para jugar al pac man...
Y también me he desnudado
pintado letras de canciones en la piel con pintalabios
bailado en una tarima de una discoteca donde odiaba la música
subido a una azotea de una casa de la beneficencia
robado una nariz de payaso
intentado ligar con una nariz de payaso
invitado a chicas a chococrispis
botellón de galletas
fiesta de gominolas y pastillas de colores
golpeado la puerta del McDonalds disfrazado de zombie
etecé etecé
que me siento como si contara batallitas
Lo que digo es que no pierdas la esperanza, sólo cambia de aires.