Tengo el alma metido en una caja,
un beso envuelto en cartón,
un año empapelado por tus frases
escritas, como siempre,
con bolígrafo de metal.
La habitación está vacía, y el eco envuelve las cuatro paredes,
tan llenas de vida, tan vacías...
Ya no están empapeladas las paredes de recortes de papel, ni tu palabras, ni la poesía...
Ya no existe el desorden, ni las pelusas con nombre.
Ya me llevé mi silla de dar vueltas.
Me voy de allí, pero dejo una parte de mí.
desde mi nueva casa, con las ventanas abiertas y sueños de paz, respiro tus paquetes y tu marcha
ResponderEliminar(qué hartura de mudanzas, este año, verdad?)
Querida M. el movimiento es lo que nos hace sentir vivos. Intenta disfrutar de eso que después lo echarás de menos ;)
ResponderEliminarBesos empaquetados
Más que lo que dejamos, lo que importa es lo que nos llevamos de allí donde hemos estado, de allí donde hemos vivido. Apostaría que te llevas algo más que unos recuerdos en unas cajas de cartón...
ResponderEliminarMe encanta tu nostalgia, es tan sincera y dulce que me llevas a esa mudanza ineludible.
ResponderEliminarUn abrazo sincero.
Saludos lejanos.
H.