miércoles, 7 de abril de 2010

Recuerda, niña, los días en los que lamias el polvo de los rincones de tu habitación y gritabas por la ventana tu famoso aullido de desperación. No olvides cuando corrías por las calles sin dirección ni orientación. Piensa si sentías dolor al tirarte de los pelos o al arañar un plato con tus uñas de muñeca de porcelana barata.

¿Lo tienes?

Pues ya puedes volver a tu silla de dar vueltas

3 comentarios:

  1. no, ni hablar! olvídalo todo, olvídalo! eres una nueva tú!

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  2. Si no recuerdas por dónde vienes, no sabrás si caminas recto o en círculos; a menos que tengas una brújula como yo...

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Gracias por pasarte por el bosque mágico, vuelve cuando quieras ;)