Tras varias horas llegaron a la conclución de que el separarse era complicado, no digo imposible, difícil es la palabra. Y tras absurdas conversaciones de esas duraderas sin querer y miradas mantenidas llegaron a una decisión.
Emprendieron el viaje, hasta un lugar desconocido por ambos y familiar al mismo tiempo. A hurtadillas se adentraron en un camino tan mágico como inexplicable. Era una cueva, un lugar donde no existía el tiempo ni el espacio, cavernas de deseos que esconden los más sórdidos pensamientos de muchos, las inseguridades de otros y la ataraxia de unos pocos.
En apenas unas horas se deshizo el hechizo, cual cenicienta sin zapato, como si todo hubiese acabado, como si comenzara algo nuevo, como si no hubiese pasado nunca.
Preguntadle a otros, yo solo soñaba.
Sólo soñaba... dulces sueños!
ResponderEliminarPor cierto, me chiflan las miradas mantenidas.
serias una gran escritora de prosa :P
ResponderEliminaralguna vez lo has intentado???
hola
ResponderEliminarVaya, qué sueño más real...
ResponderEliminarY los sueños, sueños son...
ResponderEliminarMe encanta soñar, sabes... son en color, la vida ya es demasiado girs ;))
ResponderEliminarBesos durmientes