Las esquinas de mi habitación cada vez están más juntas y todo se me hace eternamente pequeño. Me encoge la agonía y le suplico al lamento que me de una oportunidad más, solo una. Esta vez no pienso tirarme de una décima planta sin red ni subir a un octavo por el ascensor.
Correr por la calle sin rumbo mientras nos gritan que estamos locos...¿que sabran ellos? nunca podran describirnos a que sabe la dulcura ni a que huele la deseperación...Qué sabran ellos que no podran decirnos que las palabras son inservibles para el lenguaje, que no podrán decirnos que el lenguaje es inservible para nuestras palabras. Desconocidos de nuestro propio lenguaje, imitadores de destinos escritos en las películas rosas, inabilitados para escribir su propio cuento en blanco y negro. Envidiosos de nuestra historia en escala de grises...
Dejémos que nuestros cuerpos echen un pulso deseosos de ganar un trozo de ese labio. Dejémos que la luna sea testigo de la suciedad que encontremos debajo de la cama. Dejémonos de complicarnos tanto la vida y abrázame fuerte esta noche.
...que hace mucho frío y necesito tu calor...
ResponderEliminar...historias de un invierno frío mientras pasan los días para ser uno menos... o sólo uno ya
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