martes, 3 de noviembre de 2009

dia II

Te miro, despacio, y al mismo tiempo que tus ojos se clavan en los mios deseo que se pare el tiempo, que no pasen los segundos, que no pase ni un minuto más que me diga que te vas. Y sin importarme el tiempo aún no se que ojo elegir, pues no podemos mirar fijamente a ambos a la vez, pero si puedo quedarme con tu mirada.

No me importa perder el tiempo mientras busco en tu cristalino el reflejo del mio, pues ya llevo tres horas frente al espejo pero no es lo mismo. No tiene sentido.

Te invito, como quinientas veces, a que tomes bocado de un delicioso bizcochito de chocolate, pues yo no puedo probar bocado siquiera, pues no me permites ni tener apetito.

No me importa perder el tiempo mientras veo como sacias tu glotonería, pero ya llevo tres dulces y no es lo mismo. No tiene sentido.

Te hablo, rápido, intentando que las estupideces te impidan echarme de menos. Invento mil relgas vocales y otras tantas matemáticas. Dibujo la ciencia a mi antojo, e incluso, se me confunden las palabras sin necesidad de provocarlas.

No me importa perder el tiempo mientras invento mil teorias absurdas, pues ya llevo tres sandeces seguidas pero no las escucha nadie, no es lo mismo. No tiene sentido.

1 comentario:

  1. "Dibujo la ciencia a mi antojo", qué maravilla...

    dibújame la ciencia de lo posible y lo imposible

    ResponderEliminar

Gracias por pasarte por el bosque mágico, vuelve cuando quieras ;)