Cualquiera que realmente me conozca no me conoce lo más mínimo. No les culpo, pues soy yo la que no se deja indagar por los demás.
Saben que aguanto lo más duro, que cualquier noticia que supuestamente hundiría a cualquiera la acogo intentando buscar una solución, porque el ser positivos es algo que nunca dejé de lado, porque una mala primicia entre un monton de ellas, no destaca. He sido y soy el poste de muchos de los que más quiero, se aferran en épocas de tormenta. He sacrificado días para sujetar el mástil y que la vela de este barco siga su curso, tanto, que no puedo recordar cuando fue la última vez que me tome un pequeño descanso. Pero ya se ha convertido en un hábito, tanto que no me importa, y ni si quiera pienso echar nada en cara aunque muchas veces no me falten los motivos vencidos por...¿cobardía? o quizás porque me queden algunas creencias propias que no quiero perder, ya no lo se.
Pero lo que no saben es que hay momentos en los que creo que el temporal arruinará la embarcación, y ahí sigo, sujetando el débil fuste, pero estoy tan acostumbrada que ya me da todo igual. Acostumbrada a soportar los dias sola, los dias de lluvia y los de sol, sin más compañía que la que me de mi imaginación, ésa que empieza a desgastarse de tanto usarla, creatividad que no sabe que inventarya para mi.
Fantasía, no me abandones...
Pues hace tres dias soñe contigo,
venias volando en un extraño artefacto
y ni si quiera fui capaz de ponerte rostro,
ni si quiera fuimos capaz de hablarnos a la cara...
Esta vez me prometi no salir corriendo,
y nose que hago, no se que se hace ahora.
El próximo post será alegre,
me lo prometo,
pero este lunes
me dejaron sin
helado de
chocolate...
Algunas veces también el mastil tiene que descansar. Hasta la rama más fuerte se quiebra.
ResponderEliminarQue la fantasía no abandone nunca esos ojos. Yo no lo haré, palabrita ^^
Después de mantener durante mucho tiempo el mástil en alto, un día tuve que dejarlo caer, sentí miedo, desesperación, una honda pena antes de que mi mis manos lo abandonasen. El barco iba a hundirse, de eso estaba segura.
ResponderEliminarSorprendida descubrí dos cosas: la primera es que el mástil fue bien construido y se sostenía solo. La segunda es que, por si acaso, aparecieron tantas manos para protegerme que pensándolo bien, no habría hecho falta un barco.
descansa
Espíritu luchador, eres valiente y se nota.
ResponderEliminarMe identifico bastante con el texto, por mis vivencias podría haber descrito lo mismo que tú aun con otras palabras, sobretodo ahora que, por distintas circunstancias, es época de flaqueza.
Tengo en la retina de la memoria una frase que siempre me decía mi madre cuando era pequeña: "Hija, tienes que ser dura como una piedra, pase lo que pase" Y cada vez que se me vienen las paredes encima, o cada vez que tengo que tirar de la gente por lo que sea, la recuerdo.
Pero es así, hay que tirar con una sonrisa en la boca siempre que se pueda.
A veces también es necesario tocar fondo.
A pesar de ello, seguro que siempre hay alguien dispuesto a escucharte, a sumar su fuerza al mástil para quitarte peso, a regalarte las sonrisas que a ti te falten... No lo olvides.
Para cualquier cosa...
Ánimo, la fantasía no se irá.
=)Aunque virtual, te regalo un sonrisa.
Después de la tormenta, siempre viene la calma. Deja el mástil y dedicate a mirar a estribor y también a vavor. Los delfines te acompañan en tu travesía. El mar es lindo...
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