Ya no soy una niña

Qué hacer si desaparece mi imaginación, creo que es aquello que me ayuda a sobrevivir. No podreis arrebatármela, porque es mia, solo podeis debilitarme y hacerme olvidarla por unos instantes donde todos podreis pisotearme y no recordaré que la tengo en mi poder. Pero esa época pasará como cualquier otra, y se que soy fuerte, lo suficientemente fuerte como para volverla a utilizar después de inabilitada.

Me quede sin ilusiones, pero me queda tinta para pintar castillos en el aire y dibujar batallas vencidas al viento. Desapareció toda motivación existente, pero sigue latente la personalidad que me caracteriza. Ya no sonrio por inercia, pero aun tengo fuerzas para hacer sonreir mis labios.

Llámame hipócrita y no te lo negaré, pero no pienso quedarme llorando en un rincón, lamentandome de la mala suerte, puesto que yo soy quien maneja las riendas de ésta. No voy a ver como me llueven multiples preguntas, simplemente porque no tengo respuestas para ellas.

Esta es mi carta de presentación, sigo siendo una niña e imagino mis ilusiones porque mi genialidad me lo permite. Si, tengo mi certificado, pero no voy enseñando mis virtudes al resto de la gente porque alardear de ellas no es algo que me caracterice, al contrario que tu orgullo al fardar por miedo a ser descubierto de su propia realidad, el miedo.

Y aunque la realidad de este mundo me castigue cada dia, sacaré mi sonrisa de oreja a oreja, gritaré "SI CREO", no pearé ojo esta noche por el nerviosismo y mañana madrugaré como ningun dia del año saltando hacia el salón y despertando gracias a la algarabía que formo a mi paso a toda la familia.

Y es que aunque mi ilusión sea ficticia, tengo la esperanza de encontrar la verdadera.