Sentada en un taburete del que me escurro por momentos, a punto de partirse, pues es tan pequeño que no aguanta mi peso, al igual que yo. He llegado a notar como el peso de mis hombros puede con todo mi yo y puedo retorcerme hasta tocar el suelo con la punta de la nariz. Me observo, me imagino, y para no andar muy alejada me miro en el espejo para comprobar que, efectivamente, esa de ahi soy yo.
Durante tres segundos, mi mente estaba tan saturada que he conseguido no pensar en nada, como una mala reaccion de particulas al explotar, como la primera página en blanco de un diccionario. Pero al cuarto segundo, se me han disparado las orbitas y sin querer me han llevado mis sentimientos hasta su terreno, sin dejarme hacer nada.
Hastiada de romanticismos y de una vida de color de rosa a la que nunca he pertenecido, me percado de mi propia realidad volviendo a mi soledad y al color negro, del que nunca debi haber salido. Me he dado cuenta que el esfuerzo de soñar no sirve para nada si no tiene recompensa. Llamadme interesada, si es eso lo que pensais, pero me canso de dar sin recibir nada a cambio. De vez en cuando tambien me gusta recibir un regalo, o incluso te lo pongo mas barato, me conformo con un "gracias".
He intentado cambiar, y no puedo.
He intentado ser yo, y no quiero.
¿qué otra cosa me queda?
Crack!
Se rompio el taburete.
dar sin recibir, o no escoger lo que se recibe??
ResponderEliminarlas selecciones son necesarias, pero no convenientes. Equilibrio... 3 patas. Por eso no hacen falta dos más, solo medio UNO: una más.
"¿qué otra cosa me queda?"
ResponderEliminarlibrarte del miedo.
"Hastiada de romanticismos y de una vida de color de rosa a la que nunca he pertenecido, me percado de mi propia realidad volviendo a mi soledad y al color negro, del que nunca debi haber salido."
100%, nunca debí haber salido yo tampoco. Ahora mismo me sentía así. Qué bueno.
"Cuando algo desaparece, algo realmente importante, desaparece una parte de nosotros mismos. Somos seres egoístas, por eso nos duele lo ajeno."
ResponderEliminarnos duele que alguien marche, no por el que se va, no sentimos dolor por ese, sino por nosotros mismos, por el vacío que nos deja, por como nos deja sintiendo su marcha, cuando es posible que esa marcha sea su felicidad. Somos seres egoístas, por eso nos duele lo ajeno. No nos duele la marcha, nos duele el abandono.
No sé si me he explicado bien ^^ a veces me lío yo mismo, siempre jajajajaja
feliz navidad, de corazón
Te queda vivir. Aceptando la vida, con su forma jodida de existir y ser feliz con lo que tienes.
ResponderEliminarDíficil cometido. Pero tienes toda la vida por delante.
p.d: no todos estamos hechos para vivir en el mundo de color rosa. Me incluyo entre los que no se creen estar en él.