No puedes permitirte el lujo de elegir tu personaje. No. Porque este es mi juego, y yo soy la encargada de repartir cada rol.
Llegaste de nuevas y me suplicastes ser un idolo mas, inocente de mi te di el papel con los ojos cerrados, sin casting, sin normas ni problemas, solo un simple "es tuyo". Pensé que eras la persona adecuada. Tonta.
Pero no cumples con tu deber, no captas mis ordenes y ni si quiera te acercas a mi de pasada, solo cuando mis esbirros te traen esclavizado tras una noche de borrachera de la que no recuerdas nada y te obligaron estar con ellos porque no te quedaba de otra. Me ignoras.
Empiezo a preocuparme, y pienso que voy a perder el juego que yo misma me invente. Camino de manera circular sin parar, buscando, pensando alguna solucion. Paro, comienzo a girar de manera rapida con los brazos extendidos hasta caer mareada al suelo. Mis esbirros me atienden con rapidez hasta que vuelvo a recuperar la conciencia suficiente para ver como te ries de la situacion.
El juego se me va de las manos.
Todo comenzó con la clara idea de un fin. Pero has conseguido darle la vuelta a la historia, a tu manera, todo a tu gusto.
Lo has conseguido. Me rindo.
Enseñen sus cartas y recogan el tapete.
Vayan salien de manera ordenada, por favor.
Muy bien Natalia, muy bien!
ResponderEliminarPara mí, mucho mejor q el d ayer.. ;)
Eres demasiado cruel, da igual quien haya empezado el juego, la cuestión es q no has (o habeis) sido capaz de acabarlo!
Y no es hora de arrepentirse..
UnBeso!! (y a ver si se me pega algo)