mitigando luces...

Se tenua cada bombilla...
Únicamente queda el reflejo del último crepúsculo que me recordará todo lo que durante varios años he intentado olvidar desde que me pertenece mi propia razón de ser, a mi, y no a cualquier ratoncillo que se recorría mi mente de rincón a rincón.
Notar el brusco golpe de una lágrima, que era de mi propiedad, contra el suelo, escuchar su escandoloso estruendo y sentir los escalofrios que ella sola conlleva.
No es tristeza, es impotencia quien produce un efecto desmesurado, ganándole la batalla al propio ideal de tristeza.

Es odioso cuando estas a punto de acabar tu puzzle y la última pieza no te encaja, pues el rompecabezas viene defectuoso, y nunca podras acabar lo que empezaste, la fábrica no te coge el puto teléfono...y te quedas los dias esperando a que deje de comunicar para poder reclamar tu última ficha...

Detestable es la manera en la que te das cuenta que todo a cambiado y nada es lo que parecia ser en un principio. La confiaza no únicamente crea repulsión, sino la pérdida de la inocencia, lo íntimo te hace perder el miedo a lo desconocido de aquel primer dia, y la misma experiencia te hace seguir acomodándote, tanto, que cuando todo se vuelve contra tus ideales ni si quiera puedes prestarle atención, no porque no quieras, sino porque no puedes. Ahora no es el momento de lamentarse, pero seguirás siendo culpable por amoldarte a una situación que acabará fuera de lo que antes eran tus propios límites.

Vuelves a echar un vistazo, una rápida y simple ojeada que te permite afirmar aquello que siempre dejaste en tu cajón de dudas sin réplicas...

Sólo te apetece escuchar al silencio, e intentar mantener con el una charla cara a cara.
Necesitas aplastar las enormes fauces que no dejan de emitir inaudibles berridos.

Eso...
Eso o desmenuzar tu libro inacabado de principios que tanto te costo darle comienzo a su edición...

Se tenua cada candela...
Únicamente buscas el fulgor de la siguiente alborada que te queda por vivir...