¿juegas al raton y al gato?

Tanta dureza,
imposible cabezonería
retumbando débilmente por tus tripas sangrientas.

Estúpida sutileza
que desgarra mi pensamiento sabiendo como desviarlo.
Tienes la maldita perspicacia de cazar mis sentidos antes que yo
y yo tengo la insania debilidad de comer el queso de tu ratonera.


La asquerosa ratificación
de ver como tu astuta carcajada recorre toda tu faz
mientras ahogo mis propios gritos de sufrimieto
en la más límpias de las heridas,
esa noción, llega a rasurar más mi piel que tu estúpida trampa para roedores.


Y lo más surrealista es que aun sabiendo que vuelves a colocar tu trampa en la misma calle de todos los días, yo vuelvo a pasar por ella .


Piensas que me gusta dañarme, ¿verdad?

Pensar que necesito verte sería demasiao complicao,
algo que tu pequeeño cerebro de felino no podría comprender jamás.


¿juegas al ratón y al gato conmigo?

Seguro que para cuando te dedidas
cambio de cazador...